Bardenas Reales
Salimos de Barcelona con el tiempo un poco en nuestra contra, muy nublado y con poca posibilidad de que salga ni un rayito de sol.
Tomamos al A-2 dirección Zaragoza. Teníamos intención de ir por Huesca hacia Carcastillo y acceder por “El Paso” que es la parte norte del parque, y así después salir por la cara sur.
Cuando debíamos tomar el desvío, nos despistamos y ya era tarde, así que decidimos hacerlo al revés, entrar por la parte sur que es donde está el punto de información y salir por la norte.
Habíamos leído en algún blog que desde Zaragoza hasta Tudela habían ido por la nacional para ahorrarse el peaje, pero que no merece la pena.
Así que siguiendo sus indicaciones, desde Zaragoza, fuimos por la autopista y ya llegando a la altura de Cabanillas se podía ver a lo lejos el espectacular paisaje.
El día empezó a clarear, y se asomaba tímidamente el sol.
Entramos por el acceso de la NA-8712, y lo primero que encontramos fue una escena típica de un rancho más propio de estados unidos que de Navarra.
LLEGADA al Parque natural
Seguimos hacia delante por el camino, que está muy bien indicado para llegar al punto de información.
Una vez allí pedimos un mapa, y la chica nos comentó que sería imposible salir por el norte, la lluvia había desbordado al camino y habían cortado los accesos, así que solo podíamos visitar la zona de la Blanca Baja, y con mucho cuidado por el estado del terreno.
Seguimos el camino que lleva hasta el cuartel militar una vez allí, nos bajamos del coche y vimos el camino que nos conducía hacia el Cabezo de Castildetierra y nos quedamos alucinadas.
Nos faltaban manos para sacar las cámaras, trípode, poner carrete en la Yashica… etc… no habíamos visto nunca nada igual salvo en la películas o documentales. Estando allí, no podríamos parar de hace fotos y algunos planos con nuestra recién estrenada Olympus.
Así que decidimos hacer el camino hasta el Castildetierra y disfrutar al máximo de esa parte del parque, pararnos sin prisa, hacer fotos, escuchar los pájaros, etc…
Parece ser que no todo iba a ser malo y de golpe… se despejó y salió el sol!!!
En mitad del camino a la altura del Embalse de las Cortinas hay un panel informativo de las películas que se han rodado en el parque.
Cuando llegamos al Cabezo del Castildetierra, el emblema por excelencia del parque, nos quedamos maravilladas!!!
Hay una pequeña zona para aparcar los vehículos y desde donde podemos salir hacer diferentes rutas tanto a pie como en bicicleta.
La verdad es que la erosión del tiempo es magnifica, espectacular y parece de otro planteta.
Tuvimos la gran suerte que apenas había gente ya que se volvió a nublar y ya amenazaba bastante lluvia, pero aún así apuramos hasta el último minuto para disfrutar del paisaje, del silencio, de las vistas al Barranco Lima.
Empezó a chispear y emprendimos el camino de vuelta dirección Arguedas.
En el camino, nos encontramos un agradable pastor con sus ovejas, que nos ofreció planos y fotografías espectaculares de su rebaños.
También nos aconsejó que volviéramos otro día con mejor tiempo y recorriéramos la Blanca Baja y la Blanca Alta a pie como hacía él pastoreando y disfrutáramos de los colores, de los olores, de los sonidos y del silencio de los barrancos.
ORISOAIN
Con la lluvia ya un poco calada, decidimos marchar hacia el hotel, un pequeño pueblo de sólo 65 habitantes llamado Orisoain.
Al llegar al pueblo, al igual que nos pasó por la mañana en las Bardenas, volvió a salir el sol y nos dejó disfrutar de un tranquilo paseo.
Pero antes conocimos a Jesús, el dueño del Palacio de Orisoian, un edificio con muchísima historia reconstruido y convertido en hotel rural.
Lo primero, nos ubico en un mapa y nos explicó sobre Navarra, que visitar, como movernos, etc.
Después nos llevó a la habitación dando un paseo por la casa, y explicándonos su historia, las reformas, etc.
Un lugar que conserva entradas del siglo XIII, XVI, colindante a la Iglesia de San Martín de Tours, de estilo románico y una de las 4 iglesias con cripta en el interior que hay en toda Navarra.
La habitación amplia y acogedora, techos altos con vigas de madera, intentando conservar la esencia rústica y antigua del lugar, con una terraza con unas bonitas vistas al valle con los molinos eólicos de fondo.
Orisoan, es un pequeño pueblo donde reina la tranquilidad, el silencio, donde se puede pasear por todas sus callejuelas sin cruzarte con apenas nadie.
Es de ese pueblitos que hay que desviarse de la ruta para conocer, pero que merece la pena.
Ver como un vecino cuida los olivos, unas chicas pasean su perro, y una niña juega en el frontón del pueblo.
Nos soprendió al entrar que hubiera un Bar pero nos hizo mucha más gracia el cartel con los horarios y la fiesta próxima. (FOTO) en frente un pequeño parque de juegos infantil.
Desde el mismo pueblo podemos hacer un itinerario micológico de unos 6km aproximadamente.
PAMPLONA
Cómo estando en Navarra y tan cerca de Pamplona, no íbamos a dar un paseo aunque fuera con lluvia.
Lo primero que hicimos, como casi siempre es ir a la oficina de turismo a por un mapa de la ciudad y ver que nos recomendaban.
Maggie la chica del punto de información, nos informó super bien, nos marcó los imprescindibles de la ciudad para hacer en 1 día. Aunque con la lluvia se nos quedó alguno por ver.
Nos gustó mucho la parte de la muralla que se accede desde el PORTAL de Francia, y llegar hasta el puente de la Magdalena, un puente del siglo XII, por donde llegan los peregrinos del camino de Santiago.
El Rincón del Caballo Blanco, y los baluartes tienen algo especial, muy bonito, es un rincón que conserva un punto medieval, con un encanto casi mágico.
Nos acercamos a la Catedral, ya que el domingo anterior habían llevado a San Fermín y justo ese mismo día, hacían un procesión para devolverlo a la Iglesia de San Lorenzo donde normalmente está, aunque por la lluvia, se suspendió el acto.
Y siguiendo con San Fermín, hicimos una parte del recorrido que los corredores en los encierros.
Al pasar por la famosa calle Estafeta, se veía la plaza del Castillo, donde está el famoso Café Iruña.
Visita casi obligada en Pamplona, aunque no pudimos ver el Rincón de Hemingway, el café es espectacular, hierro forjado, espejos, mobiliario que conserva ese punto del S.XIX y te transporta a cuando Ernest Hemingway escribía sus novelas.
Pasear por las calles y callejuelas, Curia, Dormitaleria, Mercaderes, la calle Mayor, la calle Nueva, descubrir la Casa cultural de Sabicas, Centro cultural del Flamenco, tomar un pote con un pincho… muy recomendable!
VUELTA
Ya no teníamos tanta suerte y la lluvia no dio tregua y nos obligo a volver al hotel a cenar y quitarnos la ropa empapada.
Nuestro plan para el día siguiente dependería del tiempo, pero teníamos intención de para a ver Tafalla, Olite y algo de Tudela, ya que nos iba de camino para la vuelta a casa y Jesús (el dueño del Hotel) no s había hablado tan bien y nos había recomendado.
No pudo ser… y así es como esta escapada se ha convertido en una pequeña degustación de Navarra para dejarnos con las ganas de tener más dias y pedir el menú completo. 🙂
Volver a las Bardenas reales y pasear por la alta y la baja, y acercarnos también a la plana de la Negra.
Visitar el Parque de la Taconera, la ciudadela y tomar otro pote con pincho en Pamplona.
Y como no para en Tudela a comer unos cogollos y visitar el castillo de Olite.
Pero eso será en otra escapada.
Nos encantas las escapadas por lugares con encanto y que estén cerca de casa, por eso también os recomendamos que echéis un vistazo a estos artículos.
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