En el REINO del revés. 30 días en la INDIA

En el Reino del revés. 30 días en INDIA

ESTE MES HEMOS TENIDO LA COLABORACIÓN DE EL BLOG DE VIAJES » AQUÍ DE PASO». 

En este post nos hablan de su experiencia por la INDIA 

De los 6 meses de viaje, decidimos dedicar 30 días a India. Fue el país en el que más tiempo estuvimos en nuestro primer gran viaje luego de vivir y trabajar en Nueva Zelanda por 1 año con Working Holiday Visa.

“¿Y sí no nos gusta?” “¿Y sí queremos irnos antes y estamos limitados por el ticket aéreo de salida?”
Fueron algunas de las charlas que tuvimos. Realmente nos sentimos invadidos de pensamientos negativos, de la parte “fea” de India que uno escucha y lee en todas partes. Sin embargo, decidimos ir sin prejuicios y sin expectativas.

Creemos es fundamental para disfrutar al máximo un nuevo destino y sobre todo una cultura tan distinta a la nuestra. Sabíamos que India nos iba a sorprender y nos mostraría sus tantas caras, y así fue.

Pablo y Lara

“¿A India van a ir?” Nos preguntaban amigos y familiares, como si fuera un destino raro. La verdad es que sí, lo es y lo fue. Para nosotros y para todos los que visitaron, es un mundo aparte. India es un lugar diferente al que estamos acostumbrados a vivir o que hayamos conocido viajando.

Imaginen ciudades con millones de habitantes, gente por todos lados, autos, motos, tuc-tuc, rickshaw, bicicletas; animales de todo tipo, vacas, monos, perros, cuervos, ratas… todos concentrados en el mismo lugar. Es un combo de muchas personas, ruidos, olores, animales y basura. Estresarse es lo mínimo que podemos sentir.

Calcuta

EL ARRIBO A CALCUTA

La primera impresión de un país se ve delimitada por la ciudad a la que llegas, al ser un país muy grande, extenso, cada región hace a que sea todo distinto.

Para nosotros llegar a Calcuta fue lo que más nos marcó. Llegamos organizados, con alojamiento reservado porque así nos lo habían recomendado. Sin embargo, el primer día que salimos a caminar fue una locura.

Estaban celebrando el Festival Durga Puja. Las calles estaban iluminadas, se escuchaba música, la gente estaba alegre. Había cierto colapso, el paseo se tornaba un poco pesado por momentos. Había llovido, y nosotros decidimos salir en ojotas. El calor casi que te obliga a estar liviano (¡No se imaginan como quedaron nuestras piernas!). El barro en las calles, la gente, las vacas por doquier… Puestos de comida, adultos y niños durmiendo en la calle, bañándose en la calle; adultos cepillándose los dientes en la calle, bañándose, viviendo en la calle, creciendo y falleciendo en el mismo lugar.

Definitivamente fue lo más chocante que vimos, una realidad que, si bien habíamos visto por otros medios, al verlo en vivo te cambia todo. El primer día no pudimos hablar mucho, sólo observamos. ¡Fue un día de estar en shock!

NUESTRO RECORRIDO

Durante ese viaje, los tiempos estaban marcados, pero en India decidimos ir más despacio. Quizás conocer menos lugares, pero disfrutarlos más. Viajamos la mayor parte de viaje en sus trenes. Tomamos algunos buses y recorrimos el Norte, desde Calcuta a Rishikesh, finalizando en Delhi.

Fue bastante fácil moverse ya que sus redes ferroviarias son excelentes. Cada ciudad era un mundo nuevo.

Visitamos: Calcuta – Varanasi – Agra – Jaipur – Udaipur – Jodhpur – Ajmer / Pushkar – Jaiselmer –
Desierto de Thar –Rishikesh – Nueva Delhi
INDIA Y SU GENTE

El hindú es muy amable, por suerte en gran parte, y sobre todo en lugares turísticos, hablan inglés así que es bastante fácil comunicarse. Les gusta el turista, y aunque es verdad, que sí se pueden aprovechar a vender algo lo van a hacer, ¡también es real que están bien predispuestos!

Siempre había alguien mirándonos, siempre. ¡¡¡Cuando creías que estabas solo caminando en una avenida y que nadie te ve, de la nada un chico en bici frena y te pide una foto!!! Como mujer, hubo momentos en que me sentí incomoda por las miradas de los hombres. Decidí vestir acorde a su cultura, vestí pollera larga en gran parte del viaje, intentaba no usar prendas apretadas al cuerpo. Remeras con manga, ya que me ha pasado de ir con los brazos descubiertos y sentirme super incomoda con las miradas.

Casi finalizando el viaje, y luego de cubrirme más y más llegue a la conclusión que vistiera lo que vistiera, igual me iban a observar, por ser turista.

Pablo al contrario, era admirado por todos los hombres, se acercaban a saludarlo, le hablaban pero miraban de la misma forma al ser rubio y de tes blanca.

Caminar entre los barrios, rodeados de niños y gente adulta que quieren saber de vos, de donde sos y conocerte, fue una parte hermosa del viaje. Nos ha pasado de ir caminando en Agra, entrar a un barrio y de repente estar sentados hablando con la abuela y madre de uno de los jóvenes que nos invito a conocer a sus amigos y familiares.

Esperando el tren en Varanasi

A lo largo de los años, cambiamos la forma de viajar y eso también se relaciona a nuestras actividades. Ya no somos de ir a todos los museos o templos… Ahora caminar es parte de nuestra principal actividad; caminar sin sentido o destino alguno.

Nos gusta estar en los barrios, conocer la forma de vivir de cada pueblo, hablar con la gente y escuchar historias y anécdotas. India nos regaló todo eso. Nos demostró que las distancias a veces son solo físicas, y que hay seres humanos maravillosos en todo el mundo, que sin interés alguno más que el de ayudar a otro ser, solo por el hecho de ayudar.

Escuchar la reacción de cada persona al decir que éramos argentinos, darnos la bienvenida o preguntarnos si era la primera vez que íbamos a India, daba lugar a conversaciones aún más profundas.

¿Y LA PARTE NEGATIVA?

De nuestro lado viajero, lo negativo puede esfumarse, simplemente diríamos que hay una gran cantidad de cosas que día a día, nos llegan a causar un cierto malestar.

La contaminación SONORA que hay en toda India, es extremadamente molesta. Bocinas constantes, música, gritos, y más bocinas, son realmente una parte estresante porque es constante. Sumada a la contaminación ambiental por el smog que tienen algunas ciudades, y la basura que hay por todos lados, calles, ríos, tierra.  Sí, llega un momento del día en que quieres silencio total, que no te quieran vender algo, que no te hablen y te pregunten de donde sos. Quieres ser invisible. Quieres dejar de ser turista y “querer comprar todo” y sobre todo quieres dejar de regatear todo por que estas extremadamente cansado de eso. El extremo llegaba a regatear y darte cuenta que todo era por USD 0,10, a veces sí sentíamos que era lo que “debíamos” pagar, ni regateábamos el precio. Otras tantas, nos íbamos caminando al escuchar el primer precio que siempre era super exagerado, y luego nos iban bajando.

Hubo unos días en Jaipur, en que no podías ni siquiera mirar cosas porque ya nos querían vender todo. Resulta que allí, hay muchos hindúes que hablan inglés, francés y hasta español. Por ende, nos paso que ni siquiera podíamos hablar entre nosotros porque nos quería vender todo de manera muy intensa en español.

Conclusión

¿India nos volvió locos? ¡SÍ! A pensar de todo, queremos volver y disfrutar de la región Sur, que según hemos escuchado que son regiones muy distintas entre sí- Volverse loco, es parte del viaje, del destino y es algo que inevitablemente sentimos al estar en un sitio distinto, en una cultura diferente a la nuestra, y a la que debemos incorporarnos por un determinado tiempo. India nos regalo sonrisas, nos enseño a valorar cada pequeño placer y gusto del que disfrutamos a diario sin siquiera darnos cuenta de su importancia. India nos demostró que todo es posible, y que el mundo está lleno de injusticias. Y que somos nosotros también los que podemos romper en parte con esa diferencia.Volveremos para visitar el sur de ella y disfrutarla nuevamente, ahora con más ganas y menos miedos!

Pablo & Lara

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